CONSTANT CONCEPT
La primera vez que escuché la
música de Charly García tenía 14 años. Recuerdo que en un campamento de
invierno una chica cantaba “dame un poquito de amor, no quiero un toco” como si
se tratara de algo gracioso y yo no tenía ni idea de que estaba hablando. Poco
después llegó a mis casi adolescentes oídos el estribillo aquel de “No voy en
tren, voy en avión, no necesito a nadie a nadie alrededor” que se me pego como
se pega un hit. Repetir y repetir cantando ese verso hasta el hartazgo. Y entonces,
providencialmente, mis padres tuvieron
que viajar a Buenos Aires (algo que no era para nada habitual) y les pedí que
me trajeran ese disco: “El último de Charly García por favor”, que resulto ser Parte de la religión.
Corría el año 1987 y los discos
todavía no llegaban a Concepción con la rapidez que mi ansiedad pedía. Hasta
ese momento mi relación con la música venía por el lado de mi madre, que
cantaba folklore mientras cocinaba; por el coro de la escuela al que nunca me
llamaron, (una espina clavada que posiblemente me haya hecho odiar a los coros
para siempre) y desde los 12 años por las canciones que había aprendido a tocar
en la guitarra (con el Lali Bonfantino), casi siempre folklore (zambas, chamamés)
y algunas canciones de Piero y de Serrat, del que una de mis hermanas mayores
era fan.
De rock nacional nada de nada.
Ese disco de Charly fue entonces la apertura a un montón de puertas y músicas y sonidos. Creo que lo escuche 3 o
4 veces por día durante meses y descubrí que Parte de la religión no era solo el hit No voy en tren. Me gustaban todas las canciones, pero sobretodo Buscando un símbolo de paz; Rap de las
hormigas (la palabra rap era por esa época algo absolutamente desconocido
por estos lares), Necesito tu amor, Adela
en el carrousel y una larga cadena
de etcéteras.
Lentamente, en una época donde no
era sencillo conseguir los discos (en realidad eran cassettes) , fui
encontrando material viejo de García (que era completamente nuevo para mí) como
las canciones de Sui generis, el vivo de Serú Girán que abría con No llores por
mí Argentina; siempre grabando cassettes en casas de amigos que tenían su música
y eso además me llevo a conocer otros artistas como Fito Páez; el flaco
Spinetta, y las bandas más modernas que se habían hecho populares con el
retorno de la democracia pocos años atrás.
Creo que los primeros discos
solistas de García marcan un hito insuperable con sus enormes canciones, el
impecable sonido, y un swing y concepto de altísima calidad. Probablemente
nadie se atrevería a discutir Yendo de la
cama al living (1982); Clics modernos (1983); Piano bar (1984); Parte de la
religión (1987); Como conseguir chicas (1989) (la joya oculta) o Filosofía barata y zapatos de goma (1990). Después los escándalos y su fama
de transgresor empezaron a ocupar cada vez más espacio en los tabloides y vinieron algunos trabajos como La hija de la lágrima (1994); la etapa
que el bautizó de maravillización Say no more con discos desparejos, algunos
buenos momentos artísticos como su Unplugged
de MTV (1995); Influencia (2002) y poco más para destacar.
García estuvo a punto de morirse
más de una vez, fue internado por su propia familia en clínicas de
desintoxicación (y escribió de eso). Sus bandas nunca recuperaron el sonido que
tenía en los 80, años en los que armaba sus equipos con grandes músicos como el
fallecido Negro García López; Hilda Lizarazu, etc.
Casi olvido decir que también
tuvo tiempo e inspiración para grabar dos preciosos discos con Pedro Aznar: Tango (1986) y Tango IV (1991), este
último con grandes participaciones de Sandro, Jorge Luz y Alfredo Alcón. Ni
Aznar, ni Lebón, ni ninguno de los grandes músicos que lo acompañaron, llegaron
nunca a brillar tanto como lo hicieron a su lado.
En el año 2017 se editó Random,
un disco con 10 canciones totalmente nuevas que demuestran que García no se da
por vencido ni aún vencido. La máquina de
ser feliz es un hit con una melodía típicamente Charly, de estribillo
adhesivo para agitar encendedores (en otra época, no?) y la ironía final de “la
máquina de ser feliz, la tiene el Papa, la tengo yo”. Ella es tan Kubrick es un rockito que alude a films de Stanley
(Lolita; Resplandor; Full metal Jacket) y te dan ganas de bailar instantáneamente.
Primavera me parece una de las
mejores canciones de Random, “y seremos hoy más jóvenes que ayer, es que el sol
nos va a invitar a renacer” reza García sobre una melodía bellísima.
Sigue Rivalidad otra hermosa canción (que remite a Locomotion) en la que el bigote bicolor
reivindica su postura ante la vida “pero nunca van a conseguir cambiarme baby”.
Otro no aporta demasiado más allá de
la queja sobre los psicoanalistas, pero
en Lluvia vuelve el mejor García: “ya
ves amantes otra vez, por eso es que hoy llovió” canta sobre una línea melódica
de innegable lindura. Believe es un
rock en inglés para mover la patita y revolear la cabeza y después llega una canción teñida de la veta humorística
de nuestro héroe: Amigos de Dios, en
clara referencia a los pastores brasileros de la tele medianochera, es un
ejercicio de protesta y risa. Spector
es una preciosidad que homenajea a Phil, el productor que creó ´la pared de
sonido´ (Wall of sound) y el cierre llega con Mundo B, de temática heavy y cierre en english beatlesco: I want a
hold your hand… She loves you yeah.
Random es un muy buen disco,
sobre todo si pensamos que ya nada se esperaba de Charly García. Pero aquí lo tenemos, renaciendo como el ave fénix
una vez más, subido a sus grandes canciones. Ante la desmesura y la calidad de
la obra pasada, es posible que ninguna de estas composiciones esté en un tracklist de tus preferidos. Pero
eso no le quita valor a Random. Al contrario, en una época donde la calidad
artística decae cada vez más, este disco es un soplo de aire fresco y
esperanza.
Para los interesados aca va el link de Random, Charly García
Me encantó y también el pedacito que te pude dar yo. Me siento orgullosa de ser tu hermana. Orgullosa de tus palabras, orgullosa de tu claridad para escribir, te quiero mucho Javi
ResponderEliminarGracias Ali!!!!! Si, lo de Serrat sabes que es tuyo. Antes de Charly conocí a Joan Manuel
EliminarEjercitar la memoria como si fuera un músculo olvidado, ciertamente es tentador. Ahora que tengo más porcentaje de pelos blancos en la testa y en el cansado lomo, me animo a recordar. Gracias Javier por ayudarme. Abrazo de gol!!!
ResponderEliminarQue buenooooo....viajar entre el pasado y el presente..estamos hechos de todo eso. Abrazos!!!!
EliminarQuerido amigo: empezar un blog con una nota sobre Charly y particularmente sobre su última obra, es como hacer en los primeros diez minutos del primer tiempo; para que no queden dudas. Que decirte...no puedo hablar con objetividad si se trata de García. Estoy marcado por sus canciones y mi historia de vida no la concibo sin su intervención. Particularmente cuando sale Random, me sucedió lo mismo que cuando compré "como conseguir chicas" (fue el primer disco que compré de charly, en cassette). cuando terminaba el ultimo tema, volvia otra vez desde el principio, tal como mencionas vos con parte de la religión. 30 años mas tarde, con la tecnología del siglo XXI y todo lo que ello implica, la sensación de plenitud sigue siendo la misma. Muy buena nota. SNM
ResponderEliminarHola amigo... cuentame quien eres aunque estoy seguro que si me dices amigo es que lo somos....Gracias por tu aporte y me alegro que te haya gustado la nota!!!
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